domingo, 19 de abril de 2015

Cuando el trabajo se transforma en una tortura. ¿Prisioneros de una pesadilla?.

Tomar la decisión de cambiar de trabajo a veces deja de ser una elección que pueda ser procesada deliberadamente.

Existen contextos laborales negativos en los que  la desvalorización del capital humano se transforman en la moneda corriente con la que se comercia el contrato psicológico de los empleados.

La libertad de pensar, sentir y actuar se acota, y la frustración se apodera de las emociones básicas.

El pensamiento imperante de quien lo padece es el de huida o escape.  "Necesito escaparme de este calvario" "No quiero entrar a mi trabajo"; " No soporto más este lugar" "¿ Cuánto tiempo más tendré que resistir? " Estoy perdiendo las fuerzas".

La des-motivación y el desgano se entrecruzan en el pensamiento, mientras la trampa vital referente a la dupla continuar-abandonar se encarna en indecisión, dando origen a una desazón característica de una crisis laboral.

Trabajar en contextos adversos provoca una sensación de malestar insoportable, que genera una enorme disminución de la autoestima, y pone en riesgo la salud mental y psíquica.


¿Lo único que queda es soportar?
¿Renunciar al empleo?
¿Cómo afrontar los gastos fijos, si  se accede al impulso imperioso de huir de la empresa?
¿Vale la pena arriesgarse a perder la indemnización con tal de no seguir soportando?
¿Es una buena salida renunciar y salir a buscar trabajo en un contexto que no siempre presenta rasgos de empleabilidad?

Definitivamente la mejor alternativa es gestionar el cambio de manera graduada mientras se evalúa un nuevo camino profesional.
  • No dar rienda suelta a los impulsos y dejar el trabajo de un día para el otro.
  • Elaborar un plan de transición
  • Analizar las condiciones del mercado
  • Evaluar las posibilidades de acuerdo al perfil personal en relación a las oportunidades de reinserción
¿Qué hacer en estas situaciones?
Los pasos a seguir requieren un análisis minucioso. Es importante no dejarse guiar por la  emoción pura .
Ser analítico y previsor. Consultar con profesionales serios y éticos pueden ser excelentes alternativas para gestionar el cambio, aún en medio del gran dolor que implica trabajar en un lugar en el cual una persona se siente desvalorizada, oprimida, angustiada, e inhibida en la producción de su potencial laboral.
En los procesos de desarrollo de carrera, se reevaluan las habilidades y aptitudes, de modo tal de generar significados nuevos, que generen las mejores alternativas.
Lo mejor puede estar por venir....

Betina Ianovski
Psicoterapeuta cognitiva para personas que trabajan en empresas y buscan optimizar su desarrollo de carrera y de vida.
baianovski@hotmail.com
@plandecarrera



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